Navidad es sinónimo de muchos sentimientos y acciones buenas. Las calles se iluminan del espíritu navideño, las familias se juntan, los niños preparan sus cartas a Papa Noel y cada país o región prepara sus propias tradiciones.
Así mismo, una de las imágenes que recorre todo el mundo es Papa Noel con sus renos, los cuales permiten que él haga entrega de los regalos. Pero precisamente en los renos recae una de las situaciones amargas y tristes de la Navidad. A pesar de que estos animales sean un símbolo alegre y característico de esta festividad, ellos no sienten lo mismo.
¿Por qué? Porque muchos renos son maltratados y expuestos a malas condiciones. Cuando uno ve a los renos en el ambiente navideño no piensa en sus condiciones y sólo los ve como algo bonito y tierno de esta festividad. Sin embargo, estos animales sufren mucho durante toda esta época. Y para concluir con este maltrato, la organización para la defensa de los animales WSPA, World Society for the Protection of Animals, ha denunciado la situación.
En dicha denuncia, la organización hizo pública una investigación que revela cómo los renos son, en varias ocasiones, maltratados en los países de Suecia y Finlandia, dos países que son conocidos por su sensibilidad con los derechos de los animales.
Principalmente, el maltrato recae en el personal que los caza y agrupa en numerosas manadas, y en los cuidadores que trasladan los renos a los mataderos. Así mismo, WSPA apuntó en que los métodos que se emplean para sacrificar a los renos no cumplen con las leyes de los mencionados países, las cuales establecen que se debe infringir el mínimo estrés y daño posible al animal para evitar su sufrimiento.
Y los renos, lejos de sufrir lo mínimo posible, están expuestos a un gran dolor que se extiende por mucho tiempo. Primero presentan un fuerte estrés cuando son cazados y forzados a entrar en los corrales, en donde también emplean sobre ellos una fuerza desproporcionada para llevarlos al matadero.
A esto hay que añadir que están hacinados en camiones por largas horas, lo cual, en repetidas oportunidades, lleva a que entre los renos se mutilen las orejas con los cuernos o a que los cuernos se enganchen con las maderas de los camiones. Esto provoca heridas en los animales y sangran durante horas.
Como si fuera poco, cuando llega el momento de sacrificar a un reno (la carne de estos animales es muy codiciada en los países del norte de Europa) se utilizan cuchillos y otras técnicas que violan la legislación.
Por último, vale mencionar que esto antes no sucedía o sucedía raras veces. El cambio se produjo cuando le quitaron a la población sami el derecho exclusivo del cuidado de los renos porque entraron nuevos agentes al comercio, los cuales cambiaron la manera en que se trataba a estos animales.
Una triste situación que empaña la Navidad y contrasta con las hermosas postales que nos muestran de los renos. Debajo dejamos un video que da prueba de esto.
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