Por los animales:
Los animales son seres vivos con capacidad de sufrir, sentir dolor, diferenciar un golpe de una caricia, y con capacidades cognitivas diferentes a las de los humanos pero no por ello menos valiosas. Numerosos estudios científicos ponen de relieve que cuentan con una rica vida emocional. Los animales tienen emociones, distintas a las humanas y por ello menos reconocibles a los ojos de las personas; gracias a estas emociones pueden sobrevivir en estado natural y determinar la gravedad de un peligro, la angustia por la pérdida de las crías, el placer de un baño en el río, entre otras muchas formas de manifestarlas.
Por ello, los animales merecen ser cuidados y respetados, y se debe castigar duramente el maltrato ejercido sobre ellos, cualquiera que sea la especie a la que pertenezcan.
Por ello, los animales merecen ser cuidados y respetados, y se debe castigar duramente el maltrato ejercido sobre ellos, cualquiera que sea la especie a la que pertenezcan.
- En nuestro país aún se permite la tracción a sangre en el medio urbano, lo que implica un gran sufrimiento a miles de caballos que no reciben atención veterinaria ni alimentos adecuados; en su lugar, los golpes y malos tratos forman parte de la vida diaria de estos pobres animales.
- Utilizados para tirar de carros que muchas veces van sobrecargados, son obligados a atravesar la ciudad en infinitos viajes para el transporte de cartones, chatarra y otras basuras; sin atención veterinaria, estos animales deben transportar sus pesadas cargas incluso estando enfermos o, en el caso de las hembras, en estado de preñez.
- Las ciudades argentinas ven cómo este fenómeno se encuentra en constante crecimiento, por lo que se calcula que hoy hay cerca de 70.000 caballos víctimas de malos tratos en el país, a la vista de todos, lo que ha derivado en un fuerte rechazo social hacia estas prácticas y, consecuentemente, hacia quienes conducen estos carros.
Por las personas:
Las personas tienen derecho al trabajo y a una remuneración que les permita vivir con dignidad. En su búsqueda de una ocupación, muchas personas han tomado la decisión de dedicarse a recorrer las calles de nuestras ciudades montadas en un carro tirado por un caballo, en la búsqueda de cartones, chatarra y otro tipo de material desechado que pueda reciclarse.
Este trabajo que corresponde a los municipios, se hace de forma auto-gestionada por los que popularmente conocemos como “cartoneros”. Sin ellos, la recolección selectiva de basura se vería perjudicada.
Por ello, vemos imperativo el reemplazo de los caballos por otro tipo de medio de transporte, por ejemplo zootropos, motos de carga o bicicletas; de esta forma, se le quitaría el elemento de rechazo social al maltrato animal que ha estigmatizado a estas personas, quienes podrán hacer más viajes desde las zonas urbanas hasta las empresas dedicadas al reciclaje resultando en mayores ingresos para ellos.
Por el medio ambiente:
Además deberían ser reconocidos por los gobiernos municipales como Agentes de Reciclaje, dignificando así la existencia y el trabajo de estas personas.
La integración social debe ser una prioridad para evitar casos de marginación y de discriminación; se trata de un tema de derechos humanos, algo que nos preocupa tanto como los derechos de los animales.
La integración social debe ser una prioridad para evitar casos de marginación y de discriminación; se trata de un tema de derechos humanos, algo que nos preocupa tanto como los derechos de los animales.
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